Publicado el viernes 17 de augusto del 2007
REFUGIADOS
By JAIME S. DROMI
Durante ya años oímos como todos los medios de difusión utilizan el término ''refugiados'' no para referirse a los cubanos que arriesgaron sus vidas para escapar del régimen castrocomunista, ni a los pobres negros de Darfur que escapan de las bandas asesinas musulmanas del Sudán, ni lo usan para referirse a otros que escapan de otras tiranías, sino solamente para así llamar a los árabes que salieron de Israel por su propia voluntad en 1948 y que, según los cálculos que hacía Arafat, son ahora unos cuatro o cinco millones de personas y viven miserablemente en campos de concentración en Gaza y en otras partes de los países árabes (hay 22 países árabes en la Liga Arabe), pero estos ''refugiados'' no se han establecido en ninguno de ellos. Es un asunto que vale analizar.
Primero un poco de historia. Hasta mediados de 1800 muy poca gente trabajaba en agricultura, el país estaba muy abandonado. La malaria era muy común y mucha gente sufría esa enfermedad. La tierra era desértica y prácticamente despoblada, dunas de arena y pantanos, criaderos de mosquitos por doquier eran la norma. Los judíos que llegaron en esa época secaron los pantanos, plantaron árboles, hicieron jardines, fundaron ciudades, crearon fábricas, establecieron escuelas y abrieron universidades, instituyeron centros obreros y construyeron clínicas y hospitales. La Liga de las Naciones (así llamaban a la ONU) dio a los británicos un mandato sobre Palestina al finalizar la Primera Guerra Mundial, mandato que terminó el 29 de noviembre de 1947 cuando la ONU decidió partir ese territorio en dos estados, uno para los judíos y el otro para los palestinos, lo que finalmente sacó a los británicos de ese territorio el 14 de mayo de 1948, cuando los residentes judíos declararon la independencia del nuevo Estado de Israel en las fronteras establecidas por las Naciones Unidas. Los árabes se negaron a tomar el territorio ofrecido.
En las estadísticas oficiales del gobierno británico, preparadas al comenzar el 1948, se establecía que en todo el territorio de Palestina residían unos 650 mil árabes, que en su mayoría llevaban en el país entre 40 y 60 años, habiendo inmigrado de Siria, Irak, Egipto y el Sudán, buscando trabajo entre los judíos, que pagaban y los trataban mejor que en sus países de origen.
En la tercera década del siglo pasado, los nazis tomaron el poder en Alemania y una ola antisemítica comenzó a envolver a toda Europa, donde vivían judíos por más de mil años y desde las guerras napoleónicas tenían muchos derechos civiles. El mufti de Jerusalén era Haj' Amin al-Husseini, que era un nazi declarado amigo personal de Hitler con quien se confabuló para matar a los judíos locales. La 2a Guerra Mundial permitió descubrir la máquina asesina creada por el Tercer Reich que hasta el fin de la guerra exterminó a seis millones de judíos, entre ellos a un millón de niños y los adultos que eran científicos, médicos, ingenieros, historiadores y grandes valores en las diversas profesiones y sociedades donde actuaban. Los que quedaron buscaron dónde establecerse. Después de la guerra más de seiscientos mil judíos se refugiaron en Israel. Mientras tanto, los casi un millón de judíos que residían en los países árabes durante más de dos milenios escaparon de esos países por las persecuciones y porque los gobiernos se incautaron de sus casas, negocios y bienes. La mayoría de esos refugiados se establecieron y viven en Israel.
La judeofobia creada por años del mando del mufti, junto al resentimiento de los tiranos que regían a los árabes, que viendo los adelantos judíos y el vergel que crecía en el desierto se unieron para terminar con el pueblo judío, pidiendo a los árabes locales que salieran de sus poblados para que los ejércitos árabes de siete de los países vecinos arrasaran con todo y les dejaran el campo libre para que ellos puedan volver ''a las casas de los judíos, tomar las tierras, las mujeres y los tesoros y no tener más problemas con los judíos'' (periódicos de esa era). El ataque comenzó en todos los frentes juntos, los egipcios avanzaron hasta unas pocas millas de Tel Aviv, los iraquíes ocuparon el área de Hebrón, los jordanos ocuparon Jerusalén y los sirios la Galilea, pero los judíos se recobraron y volvieron a liberar sus tierras ocupando parte del territorio que les habían ofrecido a los árabes. De los 650 mil árabes quedaron en Israel unos 200 mil (que hoy son 1.250,000 ciudadanos israelíes) y 450,000 salieron, pero no pudieron volver: a esos se los llama ''refugiados'' aunque hoy podríamos preguntar: ¿refugiados de quién o de qué?
Mientras los árabes son mantenidos por la ONU, no trabajan y viven apilados miserablemente, sus líderes les roban toda la ayuda que llega de los EEUU y Europa. Es verdad que en estos momentos los árabes tienen a Mahmoud Abbas, que es un hombre pragmático y transigente, pero después de formar un estado independiente él no durará en el poder y tendremos un estado palestino formado por el Irán y sus compinches, un enemigo adicional de los Estados Unidos y de Israel. ¿Es eso lo que quiere hacer el presidente Bush? ¿Por qué pensamos tanto y hacemos tantos esfuerzos por la paz entre judíos y árabes mientras tenemos en pie de guerra 165,000 soldados nuestros luchando en el Irak? Pienso que primero debemos pacificar Irak, luego ver qué pasa con Irán y Siria y recién después volver al tema de paz entre judíos y árabes.
Esperemos que el Todopoderoso Rey del Universo permita encontrar el sendero hacia una paz verdadera. ¡Amén!
FUENTE EL NUEVO HERALD
domingo, 19 de agosto de 2007
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