viernes, 20 de junio de 2008

El hombre, la mujer y la serpiente entre ellos Michael Laitman

El hombre, la mujer y la serpiente entre ellos (I)
Son la pareja que más comentarios ha provocado en toda la historia. Ella es una seductora, la infiel e imprudente, que lo induce a proceder en contra de lo prohibido. Él es "el padre de la humanidad", la víctima moral, el iluminado, quien no pudo controlar la insubordinación de su esposa y fue tentado a cometer el más famoso pecado.
O, tal vez prefieran la versión más moderna. Ella es graciosa, casta y pura, llena hasta la agonía de remordimientos por lo que le provocó a él. Él es grosero, desconsiderado y vengativo, porque en ese día aciago, cayó en las redes de los encantos de una mujer.
No, no estamos hablando de una pareja de celebridades a punto de divorciarse, sino de Adán, Eva y la serpiente, el primer triángulo romántico de la historia.

Jardín del Edén
Hoy en día, las estadísticas de divorcio no son muy alentadoras respecto a los matrimonios duraderos en los Estados Unidos. "El porcentaje de divorcios es de aproximadamente el 50%, dejando a millones de norteamericanos en la incertidumbre sobre lo que deben hacer con la división en la familia, el hogar y las finanzas", afirma el Online Lawyer Source.
Comprender la historia de Adán y Eva puede aportar mucha luz en la desavenencia que se ha creado entre los sexos. Pero para lograrlo, debemos penetrar profundamente en el significado oculto y verdadero de esta célebre historia.
Para empezar, tenemos que estar conscientes de que, como ocurre con todas las historias bíblicas, ésta también fue escrita en un lenguaje simbólico, especial. Cada palabra alude a un proceso que sucede en un nivel más elevado de la realidad, que naturalmente está oculto a nuestra comprensión. Si pudiéramos aprender a descifrar ese lenguaje, descubriríamos nuestras raíces espirituales y nuestro verdadero papel como hombres y mujeres. Así, pues, empecemos por el principio.

En un principio
La sabiduría de la Cábala nos explica que hay una fuerza incluyente que maneja la realidad que se llama "El Creador". El atributo de esta fuerza es el amor total e incondicional y el otorgamiento. Por consiguiente, su propósito es sólo uno: proporcionar placer.
Con el fin de concretizar Su deseo de otorgar, Él creó una criatura, o un alma, que pudiera recibir toda Su abundancia. Esta alma se llama "Adam HaRishón", ("El Primer Hombre") o sencillamente "Adam", hombre.
Y eso es exactamente lo que está descrito en la historia del Jardín del Edén. Nos habla sobre Adam, el alma, la única criatura que ha existido, retozándose sin preocupación en el Jardín del Edén, hasta que El Creador decidió tomar medidas para acelerar su evolución:
"Y dijo el Señor: No está bien que el hombre esté solo; crearé una ayuda adecuada para él'' (Génesis, 2:18).
Como ya lo hemos mencionado, Adam no era un hombre corporal, sino una entidad espiritual. De igual forma, el Jardín del Edén" no era un lugar físico, sino un nivel espiritual de la realidad.
De hecho, era el mejor estado posible de la existencia, así que ¿por qué El Creador intervino en esta existencia perfecta y desprovista de preocupaciones?
Porque el alma tenía sólo un pequeño y limitado deseo de recibir, y El Creador no lo podía colmar con toda la abundancia que le tenía reservada. Así que para que el alma creciera y madurara, El tuvo que conducirla "a un camino de maduración''".

Dos fragmentos de un uno
Para que el alma alcanzara el estado en el que pudiera ser llenada con placer infinito y eterno, en primer lugar tenía que aprender el significado de las dos cualidades principales de la realidad: recibir y otorgar. Por esta razón, El Creador lo dividió a Adam en dos mitades: una mitad masculina", que constituye el atributo de otorgamiento; y una mitad femenina", que representa el atributo de recepción. Únicamente al encontrar la conexión correcta entre ellos pueden estas dos mitades del alma -Adam y Eva- formar una vasija perfecta y completa, en la que la abundancia del Creador pueda alojarse.
El Árbol del Conocimiento y la serpiente, en la segunda parte de este artículo.
* Rav Dr. Michael Laitman

PARA VOLVER A KOL AVIVIM CLICA AQUI

1 comentario:

Anónimo dijo...

y la serpiente a que se refiere